26.3.06

Carta abierta de la SurDa a Michelle Bachelet

"He ahí el carácter principal de la necesaria reforma política que debe presidir incluso la reforma al sistema binominal: hay que devolver la soberanía política al pueblo".

Santiago, marzo de 2006

Estimada presidenta:

evo en chile 5Los planteamientos que a continuación hacemos a usted, y de forma abierta a quien quiera escucharlos, llevan la honestidad y la buena voluntad del Movimiento Surda. Son planteamientos de una colectividad formada por jóvenes que crecimos bajo la dictadura y el exilio, y por jóvenes de los noventa, que hemos visto frustrarse los sueños de que la nueva democracia trajera la justicia social. No queremos pues, dejar de intentar avanzar en este período de nuestra historia sobre las tareas que falta acometer para hacer de este un país mejor. La alegría que vimos en las calles en los días de su triunfo electoral debe ser sustento político para avanzar.

No queremos negociar nada, ni somos dueños de nada como para hacerlo. No nos mueve interés alguno por pertenecer a la Concertación ni por integrar el gobierno. No pedimos nada para nosotros.

Hemos definido una posición de apertura y diálogo frente a su administración. No tenemos en este momento una disposición de oposición a su gobierno. Si bien hemos sido críticos a la gestión política y gubernamental de la Concertación y seguimos siéndolo en lo fundamental, nuestra actual disposición hacia su gobierno es positiva. Nuestra motivación fundamental es política, y se relaciona con las mejores condiciones que pueden darse en su mandato para avanzar en la construcción de un sujeto popular activo y organizado que permita ir cambiando el rostro de la democracia desde abajo. No queremos ocultarlo, lo que hemos visto y leído en sus declaraciones, sus propuestas y su programa, nos parece que representa una voluntad efectivamente progresiva

Es por ello que en el impulso de una gestión gubernamental más avanzada, con mayor sentido de justicia social, y en el enfrentamiento a las voluntades más regresivas que se opongan a dicho sentido, nuestro movimiento no dudará en apoyarla y abrirse al diálogo y a la colaboración con su gobierno para avanzar en soluciones a problemas sociales reales. Nos interesa que los objetivos nacionales por usted planteados efectivamente se cumplan y no se desdibujen como otras veces en la marea de intereses partidistas, corporativos, particulares.

Y si por el contrario, las correlaciones políticas que vayan enmarcando su administración terminan por inclinarse hacia el lado de la concentración del poder, hacia el lado de la ganancia empresarial, hacia el incremento de las desigualdades o la continuidad del status quo, entonces nuestro movimiento deberá oponerse a dicha gestión gubernamental y a quienes encarnen esas posiciones.

Nuestra concepción democrática de la transformación social nos ha llevado a una alta valoración de la participación, y en general, de toda forma de redistribución del poder en la sociedad. Si es importante redistribuir la riqueza, es igualmente importante redistribuir el poder. Nos anima una política de la igualdad que combina mejoras sociales con aumento del poder social (y de la responsabilidad) de las mayorías, de la ciudadanía.

Vemos con preocupación cómo a tantos años del fin de la dictadura, la derecha política y económica aún cuenta con casi la mitad de las preferencias electorales, y con un poder económico, mediático y político capaz de obstruir el progreso social, la redistribución de la riqueza y el avance hacia la igualdad social y política. En este momento es absolutamente necesaria una distribución realmente más democrática del poder en nuestra sociedad. Sólo un Chile más justo y democrático será un Chile de todos los chilenos.

Ese proceso implica una refundación profunda de la política. Usted ha mostrado una voluntad en dicha dirección que valoramos. Nuestro movimiento será un aporte a toda democratización de la acción pública que permita compartir de un modo más justo los espacios para pensar nuestro país y su desarrollo, para construir el futuro y tomar las decisiones sobre el rumbo del país.

Hay que construir un ejercicio político más participativo y dirigido realmente hacia la justicia social. Si hay que realizar reformas legales, bienvenidas sean; pero lo central es una acción fortalecedora de los sujetos sociales, de las bases de la sociedad y sus organizaciones. Sólo con una estrategia de construcción de fuerza social y política podremos avanzar y consolidar una sociedad más justa y democrática.

En ese sentido, la reforma al sistema electoral es sólo parte de la transformación de la política. Definitivamente la política no se reduce al ámbito de los partidos. Una nueva repartición de las opciones electorales para los partidos tradicionales a través del fin del sistema binominal es una parte sustantiva de la reforma al ejercicio político, pero es sólo una parte. La refundación de la política implica, sustantivamente, volver a edificar una actividad política que mire más a la cara de la gente que al duro rostro de los grupos de poder. Creemos que el desprestigio de la política formal tiene raíces reales. Nos interesa una política llena de gente. Nos interesa mucho más la política de la gente que la política de las instituciones. Que las instituciones funcionen, sí, pero que funcionen para todos, y con todos y todas.

La participación social y política de las mayorías está lejos de ser una tecnología y un conjunto de leyes. El mundo popular hoy está desorganizado, despolitizado, debilitado. Ha sufrido una larga y sangrienta dictadura y una larga y nebulosa transición. Es fundamental pues que la actividad política no sea desmovilizadora sino, todo lo contrario, que contribuya a construir sujetos sociales cada vez más claros de los desafíos de nuestra sociedad y nuestro tiempo. Es necesario cambiar las reglas del juego y alentar los esfuerzos de la base, es necesario consultar y es necesario organizar, educar, reconocer.

Creemos que es posible una acción política institucional que comience a devolver el protagonismo a la mayoría de los chilenos, que anime a nuestro pueblo a intervenir, a juntarse, a quitarle tiempo al consumo y a la televisión, y a activar sus capacidades de acción colectiva, pues si no hay gente organizada y activa no hay democracia real y todo esfuerzo legislativo o institucional de participación se diluirá en el vacío. He ahí el carácter principal de la necesaria reforma política que debe presidir incluso la reforma al sistema binominal: hay que devolver la soberanía política al pueblo.

Por otro lado, es fundamental avanzar en una política económica con sentido de justicia e igualdad. Nosotros estamos en abierta oposición al actual ordenamiento económico, político y social de nuestro país (el llamado "modelo"). No creemos que la necesaria transformación social pueda limitarse sólo a reformas a dicho ordenamiento. Creemos que es posible integrarse a la globalización de otro modo, con más soberanía, con más autonomía, incluso con más integración internacional, pero con menos sujeción a consensos espurios y normas unilaterales dictadas por grupos de poder que no representan los intereses de los pueblos.

Chile debe tener una política exterior de integración hacia nuestros pueblos hermanos de América Latina. Hay condiciones para avanzar pronto y de forma decidida en una agenda que progrese de forma importante en la solución a los injustas diferencias que nos han separado históricamente del hermano pueblo boliviano.

Hoy es posible que el importante respaldo que ha tenido su triunfo permita avanzar con más decisión sobre nuevas metas. En ello estamos trabajando, impulsando nuevas iniciativas sociales y políticas que abran más espacios, y que fortalezcan el carácter más avanzado posible de las reformas y cambios en curso.

Se puede ir más allá de la reforma a las pensiones. Hay sectores que han criticado la idea de quitar a los más ricos para llevar a los más pobres. No se cuestionan el modo de producción de la riqueza misma. ¿Cómo no pensar en recuperar de los más ricos para incrementar los fondos del Estado, cuando la principal empresa privada instalada en este país se niega a pagar un royalty de por sí magro, mientras anota una utilidad mayor a un tercio del monto total en que se calcula su programa de gobierno? ¿Esa es la inversión extranjera que se desea proteger a todo trance?

Chile es un país rico. Es un hecho claro que Chile produce riqueza suficiente para que todos los chilenos y chilenas vivamos de manera digna. Es imperativo entonces cambiar el sentido de la administración del Estado, abandonar la gestión dirigida a facilitar y promover la ganancia empresarial y reorientarla hacia la gente. Las impresionantes cifras de la desigualdad en nuestro país han terminado por dejar en claro que la forma en que se ha conducido nuestra economía ha permitido un crecimiento económico importante pero no ha hecho a los chilenos más iguales, de modo que no es posible que cualquier empeño por aumentar el financiamiento de las políticas públicas sea tildado de irresponsable. Creemos que la economía debe ser sólida para respaldar el desarrollo humano y social, y no para el resguardo de la ganancia empresarial.

No hay modo en que este comience a ser más el país de todos los chilenos y las chilenas si no se democratiza, si no de distribuye el inmenso poder económico, político y cultural de las grandes corporaciones mediáticas, religiosas y empresariales que lo detentan de forma egoísta o ilegítima. Chile para todos los chilenos es un sueño que puede comenzar a andar ahora. Cada paso que usted decida dar en esa dirección encontrará en nosotros un apoyo desinteresado y decidido.



Reciba el fraternal saludo de todas y todos los integrantes del Movimiento Surda.

¡Con la esperanza intacta!



Movimiento Surda

1 Han dejado su comentario:

Blogger Donmatas dice...

¿en que piensa la surda?
creo qeu están un poco confundidos con sus lazos internacionales y creen que Bachellet es como Kirshcenr...deberían escribir una carta abierta a las organizaicinoes sociales.
salud

23:24  

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